¿Qué sabemos de Jonás?, Que era un profeta de buena reputación en su época, por lo que sabía que si Dios lo enviaba a predicar sería escuchado.
Nos han enseñado desde la escuela dominical que Jonás es el ejemplo del castigo de Dios hacia la desobediencia, ¿pero dónde empieza la fábula y donde está la verdad?, podemos sumergirnos en la palabra y extender nuestro entendimiento:
Jon 1:1 Vino palabra de Jehová a Jonás hijo de Amitai, diciendo:
Jon 1:2 Levántate y vé a Nínive, aquella gran ciudad, y pregona contra ella; porque ha subido su maldad delante de mí.
Jon 1:3 Y Jonás se levantó para huir de la presencia de Jehová a Tarsis, y descendió a Jope, y halló una nave que partía para Tarsis; y pagando su pasaje, entró en ella para irse con ellos a Tarsis, lejos de la presencia de Jehová.
Si, es obvio que Jonás no quiso obedecer a Dios, a tal punto de tratar de huir de su presencia, tal vez pensando que Dios enviaría a otro profeta a cumplir esta misión, aún sabiendo que tendría consecuencias para su vida, porque como Profeta sabe que tarde o temprano su desobediencia lo va a alcanzar, aunque sea con pérdida de bendición. Pero Dios vio algo más en el corazón de Jonás y no permitió que huyera.
Jon 1:4 Pero Jehová hizo levantar un gran viento en el mar, y hubo en el mar una tempestad tan grande que se pensó que se partiría la nave.
Jon 1:5 Y los marineros tuvieron miedo, y cada uno clamaba a su dios; y echaron al mar los enseres que había en la nave, para descargarla de ellos. Pero Jonás había bajado al interior de la nave, y se había echado a dormir.
Jon 1:6 Y el patrón de la nave se le acercó y le dijo: ¿Qué tienes, dormilón? Levántate, y clama a tu Dios; quizá él tendrá compasión de nosotros, y no pereceremos.
Jon 1:7 Y dijeron cada uno a su compañero: Venid y echemos suertes, para que sepamos por causa de quién nos ha venido este mal. Y echaron suertes, y la suerte cayó sobre Jonás.
Jon 1:8 Entonces le dijeron ellos: Decláranos ahora por qué nos ha venido este mal. ¿Qué oficio tienes, y de dónde vienes? ¿Cuál es tu tierra, y de qué pueblo eres?
Jon 1:9 Y él les respondió: Soy hebreo, y temo a Jehová, Dios de los cielos, que hizo el mar y la tierra.
Jon 1:10 Y aquellos hombres temieron sobremanera, y le dijeron: ¿Por qué has hecho esto? Porque ellos sabían que huía de la presencia de Jehová, pues él se lo había declarado.
Jon 1:11 Y le dijeron: ¿Qué haremos contigo para que el mar se nos aquiete? Porque el mar se iba embraveciendo más y más.
Jon 1:12 El les respondió: Tomadme y echadme al mar, y el mar se os aquietará; porque yo sé que por mi causa ha venido esta gran tempestad sobre vosotros.
Jon 1:13 Y aquellos hombres trabajaron para hacer volver la nave a tierra; mas no pudieron, porque el mar se iba embraveciendo más y más contra ellos.
Jon 1:14 Entonces clamaron a Jehová y dijeron: Te rogamos ahora, Jehová, que no perezcamos nosotros por la vida de este hombre, ni pongas sobre nosotros la sangre inocente; porque tú, Jehová, has hecho como has querido.
Jon 1:15 Y tomaron a Jonás, y lo echaron al mar; y el mar se aquietó de su furor.
Jon 1:16 Y temieron aquellos hombres a Jehová con gran temor, y ofrecieron sacrificio a Jehová, e hicieron votos.
Jon 1:17 Pero Jehová tenía preparado un gran pez que tragase a Jonás; y estuvo Jonás en el vientre del pez tres días y tres noches.
En el capítulo segundo de este libro vemos que Jonás se percató de que Dios no le iba a dejar salirse con la suya y desde el vientre del gran pez rogó a Dios que lo liberara, pero aún no revela el verdadero motivo que lo impulsó a desobedecer.
Jon 2:1 Entonces oró Jonás a Jehová su Dios desde el vientre del pez,
Jon 2:2 y dijo: Invoqué en mi angustia a Jehová, y él me oyó;
Desde el seno del Seol clamé,
Y mi voz oíste.
Jon 2:3 Me echaste a lo profundo, en medio de los mares,
Y me rodeó la corriente;
Todas tus ondas y tus olas pasaron sobre mí.
Jon 2:4 Entonces dije: Desechado soy de delante de tus ojos;
Mas aún veré tu santo templo.
Jon 2:5 Las aguas me rodearon hasta el alma,
Rodeóme el abismo;
El alga se enredó a mi cabeza.
Jon 2:6 Descendí a los cimientos de los montes;
La tierra echó sus cerrojos sobre mí para siempre;
Mas tú sacaste mi vida de la sepultura, oh Jehová Dios mío.
Jon 2:7 Cuando mi alma desfallecía en mí, me acordé de Jehová,
Y mi oración llegó hasta ti en tu santo templo.
Jon 2:8 Los que siguen vanidades ilusorias,
Su misericordia abandonan.
Jon 2:9 Mas yo con voz de alabanza te ofreceré sacrificios;
Pagaré lo que prometí.
La salvación es de Jehová.
Jon 2:10 Y mandó Jehová al pez, y vomitó a Jonás en tierra.
Dios vuelve a darle las instrucciones de lo que debe hacer, ir a Nínive y predicar de su necesidad de arrepentimiento o inminente destrucción.
Jon 3:1 Vino palabra de Jehová por segunda vez a Jonás, diciendo:
Jon 3:2 Levántate y vé a Nínive, aquella gran ciudad, y proclama en ella el mensaje que yo te diré.
Jon 3:3 Y se levantó Jonás, y fue a Nínive conforme a la palabra de Jehová. Y era Nínive ciudad grande en extremo, de tres días de camino.
Jon 3:4 Y comenzó Jonás a entrar por la ciudad, camino de un día, y predicaba diciendo: De aquí a cuarenta días Nínive será destruida.
Jon 3:5 Y los hombres de Nínive creyeron a Dios, y proclamaron ayuno, y se vistieron de cilicio desde el mayor hasta el menor de ellos.
Jon 3:6 Y llegó la noticia hasta el rey de Nínive, y se levantó de su silla, se despojó de su vestido, y se cubrió de cilicio y se sentó sobre ceniza.
Jon 3:7 E hizo proclamar y anunciar en Nínive, por mandato del rey y de sus grandes, diciendo: Hombres y animales, bueyes y ovejas, no gusten cosa alguna; no se les dé alimento, ni beban agua;
Jon 3:8 sino cúbranse de cilicio hombres y animales, y clamen a Dios fuertemente; y conviértase cada uno de su mal camino, de la rapiña que hay en sus manos.
Jon 3:9 ¿Quién sabe si se volverá y se arrepentirá Dios, y se apartará del ardor de su ira, y no pereceremos?
Jon 3:10 Y vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron de su mal camino; y se arrepintió del mal que había dicho que les haría, y no lo hizo.
Como era de esperarse por la palabra de Jonás los habitantes de Nínive se arrepintieron y Dios no hizo la destrucción que había anunciado. Hasta aquí parece un final feliz, y como nos enseñaron tantas veces parece que Dios persiguió a Jonás nada más que por su desobediencia, pero este libro tiene un 4to capitulo que casi nadie lee y que muestra una profunda verdad de lo que se escondía en el corazón de Jonás.
Jon 4:1 Pero Jonás se apesadumbró en extremo, y se enojó.
Jon 4:2 Y oró a Jehová y dijo: Ahora, oh Jehová, ¿no es esto lo que yo decía estando aún en mi tierra? Por eso me apresuré a huir a Tarsis; porque sabía yo que tú eres Dios clemente y piadoso, tardo en enojarte, y de grande misericordia, y que te arrepientes del mal.
Jon 4:3 Ahora pues, oh Jehová, te ruego que me quites la vida; porque mejor me es la muerte que la vida.
Jon 4:4 Y Jehová le dijo: ¿Haces tú bien en enojarte tanto?
Jon 4:5 Y salió Jonás de la ciudad, y acampó hacia el oriente de la ciudad, y se hizo allí una enramada, y se sentó debajo de ella a la sombra, hasta ver qué acontecería en la ciudad.
Jon 4:6 Y preparó Jehová Dios una calabacera, la cual creció sobre Jonás para que hiciese sombra sobre su cabeza, y le librase de su malestar; y Jonás se alegró grandemente por la calabacera.
Jon 4:7 Pero al venir el alba del día siguiente, Dios preparó un gusano, el cual hirió la calabacera, y se secó.
Jon 4:8 Y aconteció que al salir el sol, preparó Dios un recio viento solano, y el sol hirió a Jonás en la cabeza, y se desmayaba, y deseaba la muerte, diciendo: Mejor sería para mí la muerte que la vida.
Jon 4:9 Entonces dijo Dios a Jonás: ¿Tanto te enojas por la calabacera? Y él respondió: Mucho me enojo, hasta la muerte.
Jon 4:10 Y dijo Jehová: Tuviste tú lástima de la calabacera, en la cual no trabajaste, ni tú la hiciste crecer; que en espacio de una noche nació, y en espacio de otra noche pereció.
Jon 4:11 ¿Y no tendré yo piedad de Nínive, aquella gran ciudad donde hay más de ciento veinte mil personas que no saben discernir entre su mano derecha y su mano izquierda, y muchos animales?
¿Cómo?, ¿Jonás no quería que Nínive se arrepintiera y se enojó porque Jehová tuvo misericordia y no destruyó la ciudad?. Aquí se puede apreciar que algo oscuro estaba guardado en el corazón de Jonás, Dios lo sabía y quería trabajar esta área de su vida. Ahora podemos ver claramente que el pecado de Jonás no fue la desobediencia, sino la raíz de amargura que guardaba contra la ciudad de Nínive. Él sabía que si predicaba se iban a arrepentir, él sabía que si se arrepentían Dios es misericordioso y los perdonaría, pero él no quería eso, por eso huyo, por eso desobedeció.
Entonces ahora podemos ver que toda la angustia que paso Jonás no fue por su desobediencia, sino por el resentimiento que albergaba en su corazón.
Oro hoy a nuestro Señor Jesucristo para que rompa las cadenas que nos has colocado desde la escuela dominical enseñándonos cuál es el castigo de Dios por nuestra desobediencia al Señor, o como en muchos lados han querido enseñar, desobediencia al Pastor o a la Iglesia. ¡ES UNA MENTIRA!, Nuestro Dios quiere trabajar en lo profundo de nuestro corazón, en esos puntos que nos impiden entrar limpios a su presencia, Jonás tenía resentimiento contra los habitantes de Nínive, y es allí donde Dios quería trabajar. Si solo hubiera sido desobediencia Dios hubiera enviado a otro a realizar el trabajo y seguramente Jonás habría perdido la bendición de estar en medio de la perfecta voluntad de Jehová.
Dios hoy quiere liberarte de dos cosas:
1) Si hay resentimiento en tu corazón, quiere que seas libre.
2) Si te han enseñado que si desobedeces vas a ser devorado por un pez, algo o alguien te ha querido esclavizar y Dios quiere que seas libre.
Jua 8:31 Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos;
Jua 8:32 y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.
esta bien
ResponderEliminarEs un momento terrible el que vivió Jonas ,hacemos actos no ordenados en nuestro existir actos malos ,a mí me enseñaron a tener a Dios y agradecer su infinita misericordia
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